EL EGEO, LA FRONTERA MÁS CALIENTE DE EUROPA

Por IBI World Alemania el 14 febrero 2022 / Dossier Los retos de la Unión Europea, Geopolítica, IBI World Alemania / Escribir un comentario

Es una de las historias más antiguas del mundo, tan antigua que no se creía hasta que los arqueólogos lo demostraron. Desde hace al menos 3.200 años, a orillas del mar Egeo, dos civilizaciones luchan por la supremacía de lo que entonces era el principal canal del comercio económico mundial. Hoy, ya no son los aqueos y los troyanos, sino los griegos y los turcos los que se miran con odio. Entonces eran la cuna de la civilización mediterránea, hoy son dos naciones doblegadas por décadas de políticas sociales, económicas y comerciales poco meditadas, ambas rehenes de quienes deberían ser sus aliados, cuya fuerza sigue basándose en su posición geográfica y en su «capacidad» para asustar a Europa con el espectro de un enfrentamiento militar en las fronteras entre Rusia, Occidente y Oriente Medio.

Las relaciones entre Grecia y Turquía han sido una montaña rusa de hostilidad y reconciliación desde que Grecia obtuvo su independencia en 1830. Desde entonces, ambos países se han enfrentado en cuatro grandes guerras: la guerra greco-turca (1897), la primera guerra de los Balcanes (1912-1913), la primera guerra mundial (1914-1918) y, por último, la guerra greco-turca (1919-1922), a la que siguieron veinte años de paz y cooperación, que culminaron con su ingreso simultáneo en la OTAN en 1952. Pero entonces llegó la disputa sobre Chipre, la expulsión de los griegos de Estambul y el golpe de Estado en Nicosia en 1974, con la invasión turca, y hasta hoy los dos ejércitos vigilan ferozmente las fronteras del otro. Tras varios intentos de distensión, en 2021 se inició un nuevo conflicto por las zonas marítimas del Egeo y el Mediterráneo oriental, que convirtió la frontera marítima entre ambos países en la más peligrosa de Europa[1].

Según un famoso analista chino, en la raíz de todas las tensiones se encuentra un odio atávico, que se remonta a los tiempos de la polis griega y de la colonización griega de Turquía, hace ahora tres mil años^[2], y que luego creció, durante la Edad Media, por las diferencias de religión y las respectivas aspiraciones hegemónicas, ligada a las guerras de nacionalismos opuestos, que ensangrentaron el Egeo durante medio milenio, hasta que los griegos entraron en guerra (1917) para obtener Constantinopla (Estambul) y Esmirna (Izmir) de los otomanos, así como la enosis -la unión política de Chipre y Grecia: una decisión que provocó terribles represalias, como el genocidio de los griegos del Ponto entre 1914 y 1923^[3]. El odio mutuo influyó enormemente en la historia de los Balcanes, provocando la invasión militar griega del norte de Macedonia^[4] y el apoyo de Atenas a la independencia de Albania^[5], así como los enfrentamientos que se reflejaron en todas las trágicas guerras de Bulgaria y la antigua Yugoslavia^[6].

El único intento internacional de resolver la cuestión, que dio lugar al Tratado de Sévres en 1920, penalizó tanto a Turquía que fue la condición previa para todas las guerras posteriores^[7]. Un tratado que proporcionaba una amplia protección a las minorías en Turquía y garantizaba a los kurdos la independencia dentro de un Estado turco, cuyas fronteras serían definidas por una comisión especial de la Sociedad de Naciones. El tratado no fue ratificado por el Parlamento otomano a causa de la revolución turca, y Mustafa Kemal Pasha Atatürk obligó a las grandes potencias a volver a la mesa de negociaciones, que concluyó con el Tratado de Lausana en 1923. Este nuevo acuerdo reconocía a la República de Turquía y establecía la protección mutua de las minorías griegas en Turquía y turcas en Grecia^[8], lo que dio lugar a una migración cruzada forzada, denominada «intercambio de población», para reforzar los vínculos mutuos^[9].

En Lausana, en 1923, Turquía aceptó perder Chipre (protectorado británico), Tripolitania, Cirenaica y el Dodecaneso (asignados a Italia), Túnez y Marruecos, asignados a Francia^[10]. De hecho, la historia de este tratado es una de continuas violaciones que, a lo largo del siglo XX, lo han convertido, de hecho, en papel mojado^[11]. En Estambul, entre el 5 y el 6 de septiembre de 1955, con el beneplácito de las autoridades, una turba enfurecida asaltó las tiendas y almacenes, las iglesias ortodoxas y los cementerios de la comunidad griega de Estambul: el Pogrom de Estambul costó 30 vidas y el fin de la milenaria comunidad griega de la metrópoli del Bósforo^[12]. Se destruyeron 4348 edificios, 110 hoteles, 27 farmacias, 23 escuelas, 21 fábricas y 73 iglesias, y casi todos los habitantes de origen griego huyeron de Turquía^[13]. Todo fue organizado por el Partido Demócrata en el poder para justificar la crisis económica turca y señalar a un enemigo, como los nazis habían hecho con los judíos unos años antes: unos 300.000 «alborotadores», a los que se prometió un pago de 6 dólares (nunca se pagó), y que fueron transportados en tren, taxi y camión a la ciudad, donde las autoridades repartieron palos, palas y picozze^[14]. Como siempre, la cuestión de Chipre y las razones religiosas son algunos de los detonantes del odio^[15].

El reparto de Turquía según el Tratado de Sévres (1920)[16]

Esto demuestra que Erdoğan no ha inventado nada^[17] y que, como entonces, las violaciones de los derechos humanos perpetradas por la política turca son posibles gracias a la actitud ambigua de la OTAN^[18]: Uno trata de mantener a toda costa a un país estratégico en la alianza atlántica, hasta el punto de consentir una dictadura sanguinaria^[19], y luego se queja cuando Ankara despliega el sistema de misiles ruso S-400^[20], y sin embargo se venden aviones de combate F-16 y F-35^[21], y el nuevo Stealth se construye con piezas producidas en su mayoría por industrias turcas^[22]. Se sigue tolerando la ocupación de la mitad de la isla de Chipre^[23] y se pretende olvidar los tres pogromos (entre 1950 y 1974) contra los ciudadanos chipriotas que viven en Turquía^[24].

Las verdades ocultas del posnacionalismo

Las partes del Mar Egeo ocupadas ilegalmente por Turquía[25]

El 27 de abril de 2021 se reanudaron las negociaciones sobre la cuestión de Chipre. Por primera vez, tras décadas de intentos inútiles, el gobierno turcochipriota propone aceptar el statu quo y reconocer que hay dos estados soberanos en Chipre, resignándose a que la isla siga dividida^[26]. Esta propuesta cuenta con la oposición de la población local^[27], que no olvida ni el intento de golpe de Estado en Chipre del 15 de julio de 1974 por parte de los nacionalistas grecochipriotas, partidarios de anexionar la isla a Grecia^[28], ni la invasión turca del 20 de julio de 1974^[29].

En realidad, oculto por la actitud de la propaganda nacionalista, el problema entre Grecia y Turquía, en los albores del siglo XXI, se centra en los fondos marinos del Egeo, cuyos yacimientos de petróleo y minerales, hasta ahora sin explotar, podrían significar, para ambos países, riqueza e independencia energética^[30]. Desde el descubrimiento de reservas de gas natural en el Mediterráneo oriental a principios de la década de 2000, Turquía ha estado desafiando el derecho internacional y la delimitación de sus zonas económicas exclusivas (ZEE) con sus perforaciones ilegales, sus reiteradas violaciones de las aguas territoriales, del espacio aéreo e incluso con la celebración de acuerdos bilaterales ilegítimos, como su Memorando de Entendimiento (MoU) del 27 de noviembre de 2019 con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Libia, que traza una línea entre las partes oriental y occidental del Mediterráneo, amenazando la seguridad marítima, la exploración de gas natural y nuevas infraestructuras como el gasoducto EastMed^[31].

Estrangulado por la crisis económica producida por su propio régimen, Erdoğan busca su salvación en una política de expansionismo diplomático, militar e industrial que considera todas las tierras que formaron parte del Imperio Otomano, incluyendo el norte de Irak, Siria e incluso Libia, como su área de influencia^[32]. La comunidad internacional ha condenado (al menos formalmente) a Turquía por las violaciones de los derechos humanos, ha suspendido las negociaciones de adhesión y la participación en los fondos de la UE, ha condenado las perforaciones ilegales y las intervenciones militares, pero Erdoğan sigue impertérrito, probablemente porque no tiene otra alternativa y sabe que tanto Rusia como Estados Unidos necesitan la posición geográfica y el poderío militar de Turquía^[33].

Al otro lado del mar, Grecia se prepara para luchar. El 21 de enero de 2021, el Parlamento griego aprobó por unanimidad la ampliación de las aguas territoriales del país a lo largo de su costa occidental de seis a 12 millas náuticas, en perfecta armonía con la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar^[34], reservándose el derecho de aprobar esta ampliación a lo largo de todas sus costas, incluido el Egeo, lo que Turquía podría considerar una declaración de guerra^[35]. Las negociaciones entre ambos países se han roto: «Turquía y Grecia, ambos miembros de la OTAN, están en desacuerdo sobre los derechos de explotación de los recursos de hidrocarburos en la región del Mediterráneo oriental, debido a las opiniones encontradas sobre la extensión de sus plataformas continentales. Las aguas, salpicadas principalmente de islas griegas, son ricas en gas y la delimitación de sus zonas económicas exclusivas es motivo de disputa entre Turquía, Grecia y Chipre. Ankara afirma tener el mayor litoral del Mediterráneo oriental, pero su zona marítima está encerrada en una estrecha franja de aguas debido a la extensión de la plataforma continental griega, que se caracteriza por la presencia de numerosas islas cerca de la frontera turca. La isla griega de Kastellorizo, situada a unos 2 km de la costa meridional de Turquía y a 570 km del continente griego, es una gran fuente de frustración para Ankara, que reclama esas aguas como propias»^[36].

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), firmada en Montego Bay en 1982, establece en su artículo 3 la extensión de las aguas territoriales de cada Estado hasta 12 millas náuticas desde la costa^[37]. Además, el artículo 57 del mismo documento reconoce otra zona de soberanía, la Zona Económica Exclusiva (ZEE), para la explotación exclusiva de los recursos por debajo y por encima de las aguas que se extienden hasta 200 millas náuticas desde las aguas territoriales de cada Estado^[38]. Turquía no acepta el principio y delimita su ZEE en función de la extensión de la plataforma continental, reivindicando una superficie mucho mayor y rechazando el principio de que incluso las islas puedan disponer de una zona exclusiva más allá de las 12 millas náuticas de las aguas territoriales: de este modo, tanto Chipre como las islas orientales del Dodecaneso se ven privadas de una gran superficie, en beneficio de Turquía^[39]. Basta con echar un vistazo al mapa para comprender la importancia del conflicto.

Fronteras territoriales de Turquía establecidas por el Tratado de Lausana (1923)[40]

El consumo de energía en el mundo sigue creciendo, a pesar de las pretensiones de principio de una transición ecológica. Al mismo tiempo, como algunos de los yacimientos conocidos están a punto de agotarse, quien tiene la oportunidad ha empezado a explotar el fondo marino de forma salvaje^[41]. La confirmación de la existencia de reservas de hidrocarburos en el fondo del Mediterráneo oriental desde Israel, Líbano y Chipre ha cambiado los cálculos estratégicos sobre la futura seguridad energética de Europa, que no puede separarse de la inestabilidad crónica de la situación en Oriente Medio y de la política de Moscú. Los recientes acontecimientos y los vientos de guerra en Ucrania, región de tránsito del gas ruso, son una prueba fehaciente de la necesidad de fuentes alternativas^[42]. En 2012, Grecia entró en la carrera por extraer estos hidrocarburos del Mar Jónico y del sur de Creta, junto con Exxon Mobil, Chevron, Total y BP^[43]. Para un país que lleva años en crisis económica, esto es mucho más que un salvavidas^[44].

En febrero de 2018, ENI detectó un yacimiento de gas frente a la costa chipriota, Calypso-1, cuyas estimaciones alcanzan los 3,5 billones de metros cúbicos^[45]. Este descubrimiento llevó a Italia, Egipto, Chipre, Grecia, Israel, Palestina y Jordania a crear el Foro del Gas del Mediterráneo Oriental (EMGF) en enero de 2020^[46], con la ambición de construir un nuevo gasoducto submarino^[47]. Para Turquía esto es un problema grave: hasta ahora el país se ha beneficiado de su posición geográfica, y está atravesado por oleoductos y gasoductos que conectan el Cáucaso y las zonas de Oriente Medio con Europa. Las infraestructuras turcas (Blue Stream, Gasoducto del Cáucaso Sur y TANAP, ya en funcionamiento, Corredor de Gas del Sur y Turkstream, en construcción^[48]) son uno de los elementos clave de la política económica del presidente Erdoğan^[49]. Excluida del EFGM, Ankara reacciona con el bloqueo del buque perforador italiano Saipem en febrero de 2018^[50], con la perforación frente a la costa norte de la isla de Chipre en noviembre de 2019^[51], para llegar al ejercicio naval provocador en mayo de 2019^[52] y las violaciones de las aguas territoriales griegas con sus propios barcos de pesca^[53].

La estrategia turca se llama «Mavi Vatan» («Patria Azul»), y ha sido elaborada por el almirante Cem Gurdeniz. El objetivo es claro: controlar el mar para controlar los recursos energéticos e imponer su influencia, la venganza de una Turquía humillada por los Tratados de Sévres y Lausana, un plan que convierte la zona en un polvorín^[54]. Grecia reacciona con un acuerdo bilateral, firmado con Italia, sobre el reparto del Mar Egeo (8 de junio de 2020^[55]) y otro firmado con Egipto (6 de agosto de 2020^[56]) para el Mediterráneo Oriental, para poder presentar ante la ONU el inicio de las operaciones del barco turco Oruc Reis de búsqueda de hidrocarburos frente a la isla de Kastellorizo, situada a menos de 2 km de la costa sur de Anatolia, y a 600 de la península helena, como un acto ilegal^[57]. Un acto apoyado también por París, que expresa su interés en unirse al consorcio del EMGF.

La gravedad de la disputa entre Turquía y Grecia se ve agravada por un acontecimiento inesperado: la Unión Europea abandona a Atenas en las garras de la Troika (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea), que necesita una víctima de sacrificio en el altar de la polémica sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y da a Ankara la señal que estaba esperando: Atenas ya no tiene aliados reales en ningún sitio. En otoño de 2009, el entonces Primer Ministro socialista, Yorgos Papandreu, anunció con consternación que el presupuesto del país había sido inflado para entrar en la eurozona: un déficit del 12,7% (posteriormente actualizado al 15,4%^[58]) y una deuda pública de 300.000 millones de euros^[59]. Grecia es víctima de la corrupción y el despilfarro fiscal^[60], pero su situación, comparada con la de Italia y Portugal, es grave pero no irreparable.

El Fondo Monetario Internacional ataca a Grecia

El Oruc Reis, escoltado por buques navales turcos^[61]

Wikileaks, en abril de 2016, hace público el contenido de una teleconferencia del 19 de marzo de 2016, a la que asistieron la jefa de la misión griega del Fondo Monetario Internacional, Delia Velkouleskou, el director del Departamento Europeo del FMI, Poul Thomsen, y la alta ejecutiva del FMI, Iva Petrova, surgen detalles inquietantes sobre la gestión de la crisis griega^[62]: «El FMI quiere incluir el alivio de la deuda de Grecia en la agenda de la Troika. Sin embargo, los funcionarios del FMI temen que la UE se paralice en la primera mitad de 2016 debido al próximo Brexit, por lo que no se tomará ninguna decisión sobre Grecia. El director del FMI para Europa, Thomsen, quiere presionar a Merkel y reiterarle que la salida del FMI de la Troika quedará mal y dará lugar a preguntas de gran calado en el Bundestag. Thomsen vincula vagamente la cuestión de la cancelación de la deuda con el tema de los refugiados. Habla de los refugiados y luego dice que el FMI al mismo tiempo («estamos diciendo en este momento») vendrá con sus demandas y se acercará a Merkel con el alivio de la deuda»^[63].

Se dice que la canciller alemana fue partidaria de la participación del FMI en la Troika, a pesar de la enconada oposición de algunos líderes europeos como Sarkozy, y que la señora Merkel está indecisa sobre el alivio de la deuda de Grecia porque teme sentar un precedente. Pero la transcripción sugiere claramente que fue el FMI quien utilizó la amenaza de impago en Grecia para forzar la austeridad^[64]. Cuando el gobierno griego pidió al FMI una aclaración sobre si crear un impago griego justo antes del referéndum del Brexit era la estrategia oficial del fondo, el FMI respondió: «Hemos dicho claramente lo que creemos que es necesario para una solución duradera a los retos económicos que afronta Grecia, una que ponga a Grecia en una senda de crecimiento sostenible apoyada por un conjunto creíble de reformas acompañadas de un alivio de la deuda por parte de sus socios europeos»^[65].

Julien Assange explica: el gran problema del FMI es su legitimidad para participar, como liquidador, en un rescate. Thomsen afirma que considera que la deuda griega es irremediable: una tesis contradictoria, argumenta Daniel Munévar (economista colombiano, asesor del ex ministro de Finanzas Yanis Varoufakis), dado que las protestas griegas por las reformas propuestas por el FMI se basaron en las propias evaluaciones y datos del FMI, que Thomsen conoce perfectamente. De ello se deduce que el principal objetivo del FMI es destruir la economía griega^[66]. La respuesta del FMI fue clara: si no hacen lo que decimos, no concederemos préstamos puente y Grecia estará oficialmente en quiebra^[67].

El Gobierno de Syriza no tardó en darse cuenta de que existe una relación crítica entre los préstamos y las amenazas recibidas del FMI: «Lo publicaron por escrito porque hubo filtraciones», señala Daniel Munévar: «los primeros préstamos de ‘rescate’ concedidos en mayo de 2010 a Grecia (110.000 millones de euros) se utilizaron principalmente para rescatar a los bancos alemanes y franceses»^[68]. En resumen: como la salida de Gran Bretaña de la UE habría creado un grave sufrimiento para los bancos del eje París-Berlín, se «inventó» la crisis griega, utilizando el chantaje y cambiando las normas de préstamo del BCE^[69]. Esta narración arroja una luz siniestra sobre Poul Thomsen, director de toda la operación^[70].

El nacimiento de los Programas de Ajuste Estructural (expresión utilizada para describir los cambios exigidos por el FMI) es muy claro: tras una fase inicial en la que la lógica era conceder nuevos préstamos para pagar las viejas deudas, lo que se tradujo en un crecimiento exponencial de estas últimas, a partir de la segunda mitad de los años 80 se pasó a programas que preveían la reducción de la deuda a cambio de duras medidas de austeridad, privatizaciones y un aumento de la presión fiscal: una espiral que, en los países con dificultades, allana el camino para un mayor empobrecimiento de las poblaciones y formas invasivas de control político de los Estados, como ocurrió con Grecia^[71].

La historia del colapso griego ejemplificada esquemáticamente^[72]

En cuanto a la postura de línea dura de Merkel, se explica muy bien: habiendo chantajeado a los bancos alemanes, la canciller cedió ante el FMI, sabiendo que el gobierno federal de coalición no aceptaría ninguna alternativa, y sabiendo que la masacre griega afectaría también a Portugal, España, Italia y Chipre. Si la UE hubiera garantizado la cobertura total de las deudas recién emitidas por Atenas durante un periodo congruente de años, no habría sido necesario desembolsar ni un solo euro para pretender ayudar a Grecia, ya que los mercados confían en la eurozona, y habrían apoyado una reforma de los bancos franceses y alemanes^[73]. A cambio, el gobierno griego se habría comprometido a recortar el déficit en un plazo realista y sostenible, evitando dramas financieros, económicos, institucionales y sociales.

Sin embargo, en el controvertido asunto griego quedan pendientes otras cuestiones no secundarias. Entre ellas, una se refiere al papel desempeñado por Goldman Sachs, el banco gracias al cual, mediante una operación de financiación de derivados, Grecia pudo amañar su balance para entrar en el euro, fingiendo una cifra activa que no existía^[74], y que se llevó a cabo mientras Mario Draghi era director de la división internacional del banco^[75]. Un banco que, como asesor de empresas y gobiernos, había empezado a utilizar derivados financieros, fuera de los mercados tradicionales, para dar contenido a operaciones que no lo tenían^[76]. Un banco que luego se vio obligado a pagar miles de millones en multas por haber contribuido al colapso del sistema bancario estadounidense en 2008, por haber mentido repetidamente a la bolsa, haber amañado los balances (propios y ajenos) y haber pagado sobornos para encubrir sus propias fechorías[77].

Por ello, Grecia firmó un acuerdo con Goldman Sachs por 600 millones de euros^[78] para transformar un swap de 2.800 millones de euros en una inversión en divisas calculada a un tipo de cambio ficticio^[79]. De este modo, durante unas semanas, Grecia pudo afirmar que tenía casi 3.000 millones menos de deuda, para encontrarse, cuando se solicitó el canje, con la deuda original aumentada de 5.100 millones de euros de coste, algo que ni siquiera los griegos se imaginaban que iba a ocurrir, según el jefe del Tribunal de Cuentas griego, Spyros Papanicolau: «Mi colega Sardelis, que negoció el contrato, no pudo hacer lo que se hace normalmente en estos casos, ir al mercado y comprobar si las condiciones ofrecidas eran correctas, porque los ejecutivos de Goldman Sachs se lo prohibieron: si lo hubiera hecho, el acuerdo se habría cancelado” ^[80]. Una trampa. Una trampa mortal. Establecido por quién sabe quién y por quién sabe qué razón, quizás sólo para demostrar, con un país pequeño como Grecia, que algo similar es posible hoy en día^[81].

O una de las diversas maniobras de Estados Unidos, a quien nunca le gustó el nacimiento de la Unión Europea y menos aún el nacimiento del euro como moneda común^[82]: «No importa si los líderes estadounidenses lo admiten o incluso lo afrontan, a Estados Unidos no le gustó la aparición de un Estado unificado y transnacional con una economía más grande que la de Estados Unidos, y eventualmente un ejército igualmente poderoso. Esto último probablemente no ocurrirá en este momento, por lo que el miedo al que nunca se han enfrentado los líderes estadounidenses se vuelve irrelevante»^[83]. Relevante resulta cuando, por iniciativa de Francia y Alemania, el 22 de enero de 2019, cinco años antes de lo acordado, se firma el Tratado de Aquisgrán^[84], que prevé la creación de un ejército común europeo^[85].

Durante la presidencia de Trump, Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en la desestabilización de los países de la Unión Europea, liderando protestas aparentemente espontáneas como la de los «gilets jaunes» en Francia^[86], y financiando movimientos políticos populistas y de extrema derecha como el Movimiento Cinco Estrellas en Italia^[87], el Brexit de Nigel Farage, Geert Wilders en Holanda, Marine Le Pen en Francia, Matteo Salvini y Giorgia Meloni en Italia^[88], o insultando reiteradamente a Angela Merkel^[89] o Ursula Von der Leyen^[90].

Evolución de la deuda griega por el canje con Goldman Sachs[91]

A fecha de enero de 2019, Grecia solo ha devuelto 41.600 millones de euros y ha programado pagos de deuda con un plazo más allá de 2060. Aunque las medidas de austeridad adoptadas por Grecia para fortalecer las estructuras gubernamentales y financieras griegas ayudaron a conseguir el objetivo, no se puede olvidar que también sumieron a Grecia en una recesión que no terminó, al menos en teoría, hasta 2017^[92], cuando Atenas registró un superávit presupuestario del 0,8%^[93] y su economía creció un 1,4%, pero el desempleo sigue siendo del 22%^[94], un tercio de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y la relación deuda/PIB de 2017 es del 182%^[95].

Cuando el líder de Syriza, Alexis Tsipras, fue elegido primer ministro en 2015, el país estaba todavía a un paso de la quiebra. Intentó por todos los medios conciliar los compromisos adquiridos por los gobiernos anteriores con el FMI y las medidas de protección de los más débiles, pero tenía muy pocas cartas que jugar. Gracias a él, la economía griega ha repuntado, pero la recuperación tiene dificultades, hasta el punto de que el primer ministro se vio obligado a promulgar nuevos recortes en las pensiones y en los beneficios fiscales para 2019 y 2020. Hoy Grecia ha recuperado la credibilidad, pero las familias griegas están de capa caída, por lo que el centro-derecha ha podido vengarse. En agosto de 2018, al salir del rescate, Grecia experimentó una lenta recuperación, evidenciada por el aumento del empleo y un ligero crecimiento económico… pero en las elecciones de mayo de 2019 Nueva Democracia obtuvo el 34%, Syriza el 27%^[96].

La relación entre el gasto público y el PIB sigue siendo alarmante^[97]; los sectores más afectados son el inmobiliario (con un aumento de precios insostenible para los hogares) y el financiero (con un desplome del valor de los préstamos concedidos^[98]): los bancos, que se resisten a prestar incluso a las empresas más sólidas, dado que, de los 216.000 millones de euros desembolsados para el «rescate» de Grecia, apenas el 5% fue a parar a las arcas del Estado, mientras que el resto se utilizó para recapitalizar el sistema crediticio para que pudiera pagar a sus acreedores (sobre todo los bancos franceses y alemanes, que ganaron 1.300 millones de euros con los préstamos concedidos a los bancos griegos^[99]) y no para apoyar a las empresas locales^[100]; la evasión fiscal crece y se convierte en la única posibilidad de supervivencia de la población – gracias a un sector «no declarado» valorado en más del 27% del PIB^[101]; el mercado laboral sólo ofrece empleos a tiempo parcial remunerados por debajo del umbral de la pobreza, lo que ha llevado a medio millón de jóvenes griegos a abandonar el país^[102].

Sin embargo, 2019 fue, desde un punto de vista puramente contable, el año de la ruptura. El Comisario Europeo Pierre Moscovici anunció el restablecimiento de la «normalidad» en Grecia^[103]. El país está alineado con los criterios de la eurozona, ha sido readmitido en el semestre europeo^[104], mientras que las finanzas internacionales vuelven a aceptar los productos bancarios y financieros griegos^[105]. Grecia ha pasado de un déficit del 15% (2009) a un déficit del 1,9% (2019), pero lo ha hecho: a) recortando puestos de trabajo y vendiendo activos importantes^[106]: b) crear una recaudación de impuestos independiente para reducir la evasión fiscal, reformando el IVA^[107]; c) crear una Autoridad Nacional de Transparencia; d) aplicar el Plan Nacional de Acción Anticorrupción; (e) unificar las instituciones de la seguridad social y los fondos de salud^[108]; f) digitalizar diversos servicios públicos; g) reformar el sistema de pensiones; h) reducir los incentivos a la jubilación anticipada y aumentar las contribuciones de los trabajadores al sistema de pensiones; i) modernizar las instituciones laborales y flexibilizar el mercado de trabajo mediante reformas en los derechos y la protección del trabajo[109].

Covid ha complicado aún más la situación. Un estudio del «Levy Economics Institute of Bard College», si bien considera positivamente la contención de la inflación (como consecuencia de la bajada del precio del petróleo y la reducción de los impuestos indirectos) y el crecimiento del PIB también en 2019 hasta el 1,9% (y esto por tercer año consecutivo, superando la media correspondiente de la UE-28 del 1,5% y el 1,2% de la zona euro), señala que la tasa de paro no ha bajado (16,4%) y la inversión sigue disminuyendo^[110]. El Gobierno pretende movilizar 57.000 millones de euros en los próximos seis años para reconstruir la industria, reformar los servicios estatales, atraer inversiones, estimular las exportaciones y reformar las instituciones. El Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, describió el plan de recuperación nacional como «un puente hacia la era post-Covid» que prevé 200.000 nuevos puestos de trabajo y un aumento del 7% del PIB^[111].

Cifras oficiales de la HRADF[112]

En el paquete de ayuda acordado por la Unión Europea, Atenas recibirá unos 32.100 millones de euros^[113], desglosados de la siguiente manera: 19.400 millones de euros en subvenciones y 12.700 millones de euros en préstamos de bajo coste, lo que equivale a alrededor del 16% de su producto interior bruto^[114]. De este dinero, el 38% se destina a la llamada «transición verde» y el 22% a la transición digital y la investigación científica^[115]. Lamentablemente, como señala el Instituto Bruegel, el hecho de que la mayor parte del dinero llegue en 2023 lo convierte en una ayuda a medio plazo y no en un apoyo inmediato para sostener la economía griega y reducir el desempleo^[116]. La diferencia debe ser la capacidad de la clase dirigente griega para erradicar el clientelismo político, la evasión fiscal y el atraso del sector productivo, cambios que pueden convencer a los particulares y a los bancos para que inviertan en el país ahora.

Pero esto no será suficiente. El informe del Instituto Bruegel afirma: «Ciertamente, más inversiones verdes y digitales aumentarán la competitividad de la economía griega y de muchas empresas griegas, pero en última instancia la competitividad es un fenómeno muy micro. Por tanto, cuanto mejor organizadas estén las empresas, mejor formada esté la mano de obra, más rápidamente podrán aprovechar las nuevas oportunidades que surjan, pero todo ello no cambiará la situación de competitividad»^[117]. Una cosa está clara: los efectos nocivos de las privatizaciones de las principales infraestructuras que Grecia ha tenido que explotar en un intento desesperado de salir de la deuda (aeropuertos, ferrocarriles y puertos), han hecho imposible la recuperación, entre otras cosas porque afectan directamente a los ingresos del turismo, que es el sector capaz de crear plusvalía más rápidamente. Como ciudadanos europeos, no podemos evitar la indignación que sentimos cuando vemos que Grecia ha sido estafada y que sus ganancias acaban en los bolsillos de bancos y grupos multinacionales que han actuado como usureros.

La organización encargada de diseccionar los activos de Grecia y encontrar licitadores adecuados es el Fondo de Desarrollo de Activos de la República Helénica (HRADF) ^[118]. El plan de privatización es una condición impuesta por el FMI para recaudar 56.000 millones de dólares, algo que el propio FMI considera ciencia ficción^[119]. El HRADF aplica el Plan de Desarrollo de Activos, que se revisa cada seis meses, y está autorizado por el Consejo de Gobierno de Política Económica^[120]. Como la HRADF también tiene encomendada la gestión de los contratos de servicios y las adquisiciones, al margen de cualquier control democrático^[121]. Se calcula que la privatización ha aumentado el PIB griego en unos 1.000 millones de euros al año entre 2011 y 2019, y que ha creado 20.000 nuevos puestos de trabajo a tiempo completo^[122].

Pero estas cifras se refieren al punto más bajo de la crisis, y no tienen en cuenta el PIB que habrían producido esos activos si hubieran permanecido en manos del Estado griego, una cifra al menos diez veces mayor, cuya enajenación, como explica el profesor Panos Fouselas, de la Universidad Aristóteles de Salónica, está provocando otro desastre: «Cuando la economía no va bien, las empresas públicas no siempre hacen pagar a los ciudadanos. Ahora, si las empresas privadas lo aceptan, el agua se volverá tan cara como el chocolate en Grecia», de modo que «una parte del público perderá el acceso a los bienes básicos»^[123]. En 2017, el Gobierno griego planeaba privatizar el 23% del sistema de agua y alcantarillado de Salónica y el 11% de la red de agua y alcantarillado de Atenas^[124], y estaba dispuesto a vender el 17% de la Public Power Corporation, la empresa nacional de electricidad, y el 35% de Hellenic Petroleum, la petrolera estatal^[125].

Los detalles de esta venta son impresionantes: a) el 45% del Aeropuerto Internacional de Atenas a AviAlliance, una empresa alemana de gestión de aeropuertos. Valor de la oferta: 672 millones de dólares; b) en noviembre de 2016, otra empresa alemana, Fraport-Slentel, adquirió el control de 14 aeropuertos regionales por 1.300 millones de dólares durante 40 años; c) el 67% del puerto de Salónica pasó a manos de un consorcio de inversores alemanes, franceses y griegos -por 259 millones de dólares-; d) en 2016, el Pireo, el mayor puerto de Grecia, fue vendido a COSCO, una empresa china, por 313 millones de dólares; e) TrainOSE, la compañía ferroviaria, fue adquirida al 100% a Trenitalia por 50 millones de dólares; f) la península de Astir Vouliagmenis, situada a unas 12 millas de Atenas, fue vendida a un fondo árabe-turco, el Jermyn Street Real Estate Fund, por 440 millones de dólares en 2014; g) la misma suerte corrieron 500 acres de playa en la isla de Rodas, que se vendieron a una empresa estadounidense por 30 millones de dólares, mientras que la parte sur del frente marítimo se vendió por separado a una empresa griega por 17 millones de dólares^[126].

Si Atenas llora, Ankara no ríe

Cuadro diacrónico de los flujos de capital que entran y salen de Turquía[127]

Mientras Grecia lucha por recuperar su futuro, Turquía sigue hundiéndose en una crisis irreversible por la temeraria política social, económica y comercial del régimen de Erdoğan, cuya estrategia es reprimir a la población, utilizar el poder para enriquecer ilícitamente a su clan y tratar de mantener un mínimo consenso interno con una agresiva política diplomática y militar[128].

Los periódicos del lunes 13 de diciembre de 2021 informaron del enésimo desplome de la lira turca frente al dólar, que obligó al Banco Central a intervenir por cuarta vez en quince días vendiendo dólares, extraídos de las ya escasas reservas de divisas, para apoyar el valor de la moneda nacional, provocando un rebote^[129]. Se sabe que esto ocurre: El 2 de diciembre de 2021, Erdoğan destituyó a otro ministro de Finanzas, Lufti Elvan, culpable de ser el último defensor de las políticas económicas y monetarias ortodoxas basadas en la lucha contra la inflación y la defensa de la lira, es decir, de querer hacer exactamente lo contrario de lo que quiere Erdoğan, que lleva años enfrascado en una batalla personal contra los gobernadores de los bancos centrales porque han subido los tipos de interés para mantener a raya la inflación, algo que el presidente considera que frena el crecimiento económico y las exportaciones^[130].

Según Erdoğan, es necesario apoyar la economía con continuas bajadas de los tipos de interés para mantener bajo el coste del dinero y estimular así el esperado crecimiento económico mediante el aumento de las exportaciones en una moneda muy débil^[131]. Sólo en 2021, Turquía devaluó la lira más del 48%^[132] (ha perdido el 81% de su valor en diez años), un hecho que está poniendo de rodillas a un país que puede exportar mucho, pero que depende en gran medida de las importaciones para la producción agroalimentaria y textil, un hecho que ha provocado que la inflación se dispare a más del 36%^[133]. En las primeras semanas de 2022 continúa la caída de la lira^[134]. En este contexto, las inversiones extranjeras son escasas, con la única excepción de los emires qataríes, que apoyan a los Hermanos Musulmanes y, por tanto, al presidente Erdoğan[135].

Una vez que se leen estas líneas, se entiende por qué los yacimientos minerales y petrolíferos del Mar Egeo, así como la explotación intensiva de la pesca y el espacio para la marina, son una cuestión de supervivencia para ambos países. No pueden ceder, no pueden llegar a un acuerdo, no pueden mostrar su profunda debilidad en su totalidad. Deben ganar de alguna manera, no importa cómo. Y si los rusos y los chinos pueden mirar por la ventana y utilizar a Turquía para sus propios intereses, al igual que hizo la UE con Grecia, los habitantes del Mediterráneo sólo pueden seguir teniendo miedo y esperar el día en que, por cualquier crisis en el entorno (Ucrania, Nagorno-Karabaj, Siria, Kurdistán, Qatar), se acabe la mecha y llegue la explosión.

[1] http://www.ninniradicini.it/libri/greci_turchi_cipro.htm ; https://www.amistades.info/post/alle-origini-delle-dispute-nel-mediterraneo-orientale-parte-i

[2] https://news.cgtn.com/news/2020-07-27/The-historical-root-of-Turkey-Greece-hatred-Sth9R7ua52/index.html ; https://news.cgtn.com/news/2020-07-27/The-historical-root-of-Turkey-Greece-hatred-Sth9R7ua52/index.html

[3] https://books.google.co.uk/books?vid=ISBN1859845509&id=khCffgX1NPIC&pg=PR13&lpg=PR13&vq=&sig=VgQBQ4-HVjDy2Kju1RpfDdy3N8E#v=onepage&q&f=false ; https://books.google.co.uk/books?vid=ISBN0765801515&id=g26NmNNWK1QC&pg=PA210&lpg=PA210&dq=pontian+isbn:0765801515&num=100&sig=D8lv0QCu9iCqIji5nfiYvhBRC_Q&hl=en#v=onepage&q=pontian%20isbn%3A0765801515&f=false ; http://www.hawaii.edu/powerkills/SOD.CHAP5.HTM ; https://www.researchgate.net/profile/Filippo-Verre/publication/344495521_Il_genocidio_dei_Greci_del_Ponto_La_tragica_fine_dell%27irredentismo_ellenico_e_della_Megali_Idea_1914-1922/links/5f7c8fffa6fdccfd7b4aaf40/Il-genocidio-dei-Greci-del-Ponto-La-tragica-fine-dellirredentismo-ellenico-e-della-Megali-Idea-1914-1922.pdf?origin=publication_detail

[4] https://www.britannica.com/topic/Balkan-Wars

[5] https://www.britannica.com/topic/Internal-Macedonian-Revolutionary-Organization

[6] Επίτομη ιστορία της συμμετοχής του Ελληνικού Στρατού στον Πρώτο Παγκόσμιο Πόλεμο 1914 – 1918, Athens, Hellenic Army History Directorate, 1993. P.8-9; http://siba-ese.unisalento.it/index.php/itinerari/article/download/20147/17149

[7] ^ Guido Formigoni, “Storia della politica internazionale nell’età contemporanea (1815-1992)”, Bologna, Il Mulino, 2000, p. 296

[8] https://web.archive.org/web/20070629163221/http://www2.mfa.gr/NR/rdonlyres/3E053BC1-EB11-404A-BA3E-A4B861C647EC/0/1923_lausanne_treaty.doc

[9] Bottoni Stefano, Un altro Novecento, Roma, Carocci editore, 2011, p. 27; http://dspace.unive.it/bitstream/handle/10579/12433/841469-1212656.pdf?sequence=2

[10] https://web.archive.org/web/20070629163221/http://www2.mfa.gr/NR/rdonlyres/3E053BC1-EB11-404A-BA3E-A4B861C647EC/0/1923_lausanne_treaty.doc

[11] https://scholarship.tricolib.brynmawr.edu/bitstream/handle/10066/13027/07_1_1980.pdf?sequence=1. P.21

[12] https://www.eastjournal.net/archives/108787

[13] https://www.eastjournal.net/archives/108787

[14] https://www.tovima.gr/2019/03/14/international/byzantinist-speros-vryonis-who-documented-1955-state-planned-istanbul-pogrom-dies-at-90/

[15] https://www.eastjournal.net/archives/108787

[16] https://it.wikipedia.org/wiki/Trattato_di_S%C3%A8vres#/media/File:Treaty_sevres_otoman_it.svg

[17] http://ibiworld.eu/2021/04/16/gezi-park-il-simbolo-della-turchia-al-collasso/

[18] https://ibiworld.eu/2021/01/28/quando-il-crimine-si-fa-stato-la-turchia-di-kamer-e-Erdoğan /

[19] https://www.limesonline.com/notizie-mondo-oggi-15-dicembre-sanzioni-usa-turchia-s400-hacker-cyber-attacco-russia/121496

[20] https://www.ilpost.it/2020/12/15/stati-uniti-sanzioni-turchia-missili/

[21] https://www.aviation-report.com/turchia-continuano-colloqui-con-stati-uniti-sui-caccia-f35-e-f16/

[22] https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-06-30/turkey-to-keep-making-f-35-parts-through-2022-pentagon-says ; “La Turchia è un partner di Livello 3 nel programma F-35 Joint Strike Fighter al quale ha contribuito inizialmente con 195 milioni di dollari ed è, come detto, parte della catena di fornitura. Sono otto le aziende turche impegnate nel programma F-35, tra le quali la Turkish Aerospace Industries (TAI) che produce e assembla le fusoliere centrali, il rivestimento e i portelloni delle stive delle armi. Strategicamente la TAI sta fabbricando il 45% degli F-35, compresi i piloni per l’armamento aria-terra”. https://www.aviation-report.com/stati-uniti-rimuovono-la-turchia-dal-programma-f-35-dopo-lacquisto-del-sistema-di-difesa-aerea-russo-s-400/ ; https://www.dailysabah.com/business/defense/turkey-to-continue-manufacturing-f-35-components-through-2022-pentagon-says

[23] https://www.everycrsreport.com/files/20140922_R41136_da0c3d8b9a1f7e1fdf25e7f31b9abcb1dbfae54a.pdf p.1

[24] https://www3.nd.edu/~dlindley/

[25] https://geograficamente.wordpress.com/2020/08/30/caos-mediterraneo-orientale-turchia-e-grecia-al-limite-della-guerra-per-controllare-i-giacimenti-energetici-dellegeo-con-turchia-libia-ed-egitto-grecia-contrapposte-e-litalia-ch/

[26] https://www.ilpost.it/2021/04/29/cipro-nord-sud-negoziati/

[27] https://www.ilpost.it/2021/04/29/cipro-nord-sud-negoziati/

[28] https://sicurezzainternazionale.luiss.it/2020/09/23/telefonata-Erdoğan -macron-la-crisi-nel-mediterraneo-orientale-si-risolve-dialogo/

[29] https://sicurezzainternazionale.luiss.it/2020/09/23/telefonata-Erdoğan -macron-la-crisi-nel-mediterraneo-orientale-si-risolve-dialogo/

[30] https://news.cgtn.com/news/2020-07-27/The-historical-root-of-Turkey-Greece-hatred-Sth9R7ua52/index.html

[31] “Il MoU non prevede solo un salto di qualità nella cooperazione militare, ma anche la definizione di precisi confini marittimi rispetto alle zone di esclusivo sfruttamento economico nel Mediterraneo centro-orientale che promette di mettersi in linea diretta di collisione con gli interessi dell’East Mediterranean Gas Forum (EMGF) e dei suoi paesi promotori (Grecia, Cipro, Egitto, Israele, Giordania e Italia). L’appoggio militare è dunque funzionale a espandere ulteriormente il peso economico della Turchia in Libia”. Da “Il nuovo MoU tra Turchia e Libia: una sfida alle politiche europee di contenimento delle migrazioni irregolari” di Antonio M. Morone – http://www.adimblog.com/wp-content/uploads/2019/12/ADiM-Blog-Dicembre-2019-Editoriale-Morone_DEF.pdf ; https://www.europarl.europa.eu/thinktank/it/document/EPRS_BRI(2020)652048

[32] https://www.europarl.europa.eu/thinktank/it/document/EPRS_BRI(2020)652048

[33] “E questo è anche uno dei motivi per cui non solo gli Stati Uniti, ma anche l’Unione europea, alla vigilia del Consiglio europeo del 25 e 26 marzo, hanno assunto una posizione più accomodante nei confronti di Ankara. Dopo un approccio sanzionatorio meramente di facciata verso un paese come la Turchia che sta calpestando stato di diritto e diritti umani, l’Ue è pronta ad attivare un’agenda positiva incentrata su commercio e migrazione riservando al capitolo dei diritti una formale condanna e una raccomandazione. Ankara per Washington è ancora troppo preziosa” https://www.huffingtonpost.it/entry/la-turchia-torna-contesa-terra-di-frontiera-fra-nato-e-russia_it_605b8497c5b6531eed015cc8/

[34] https://www.mondogreco.net/notizie/politiki/1556-acque-territoriali-approvate-dal-parlamento-greco-le-12-miglia.html#.YfF1yC_YOf0

[35] https://sicurezzainternazionale.luiss.it/2021/01/14/la-grecia-acquista-18-jet-rafale-dalla-francia/

[36] https://sicurezzainternazionale.luiss.it/2021/01/14/la-grecia-acquista-18-jet-rafale-dalla-francia/

[37] https://www.un.org/depts/los/convention_agreements/texts/unclos/unclos_e.pdf

[38] https://www.un.org/depts/los/convention_agreements/texts/unclos/unclos_e.pdf

[39] https://www.eastjournal.net/archives/111658

[40] https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/58/Turkey-Greece-Bulgaria_on_Treaty_of_Lausanne.png

[41] http://ibiworld.eu/2021/04/27/basi-militari-e-miniere-il-volto-nuovo-del-fondo-delloceano/

[42] “La prima e più importante arma di pressione della Russia è data dalla possibilità di assetare l’Europa isolandola dai suoi fornitori energetici. Se l’importanza dell’Ucraina sta anche nei suoi quasi 40 mila chilometri di gasdotti, l’area del Mar Caspio (Turkmenistan, Kazakistan, Azerbaigian e Uzbekistan) dispone di quasi 21 mila chilometri cubi di riserve di gas naturale, a fronte dei 33 mila chilometri cubi di tutto il territorio russo. Alcuni di questi paesi – è il caso del Kazakistan – indirizzano più del 50% delle proprie esportazioni di gas e petrolio in Europa, rappresentando un eccellente fornitore di idrocarburi per l’intera UE. Eppure, tali paesi esportano notevolmente meno di quanto potrebbero: la carenza di infrastrutture per le esportazioni li ha infatti resi completamente dipendenti dalla Russia; https://www.limesonline.com/in-ucraina-si-gioca-anche-la-partita-energetica-tra-russia-e-ue/58027

[43] https://aea-al.org/greece-presents-hydrocarbon-treasure-potential/

[44] https://aea-al.org/greece-presents-hydrocarbon-treasure-potential/

[45] https://www.eastjournal.net/archives/111658

[46] https://www.financialmirror.com/2020/01/15/east-med-gas-forum-to-become-international-body/

[47] https://www.ispionline.it/it/pubblicazione/verso-unopec-del-gas-mediterraneo-24926

[48] https://www.ispionline.it/it/pubblicazione/verso-unopec-del-gas-mediterraneo-24926

[49] https://www.ispionline.it/it/pubblicazione/verso-unopec-del-gas-mediterraneo-24926

[50] https://www.ilsole24ore.com/art/la-turchia-blocca-nave-italiana-saipem-giacimento-eni-cipro-AEnG9gyD

[51] https://www.ilsole24ore.com/art/ankara-sfida-sanzioni-ue-riprese-trivellazioni-largo-cipro-ACzVv9y

[52] https://www.ansa.it/sito/notizie/mondo/2019/05/13/turchia-maxi-esercitazione-navale_8ad5f452-3e88-40b1-bbb6-5c6bf8f6d4da.html

[53] https://sicurezzainternazionale.luiss.it/2020/07/13/navi-pesca-turche-avvistate-al-largo-mykonos/

[54] https://www.bbc.com/news/world-europe-53497741